Los riesgos de Internet:
El enemigo puede estar en casa.
Fuente : Revista Jesucristo Vivo.
Nadie en su sano juicio se animaría a poner en duda el increíble salto –cuantitativo y cualitativo— que significó, para el desarrollo económico y cultural del mundo, la invención de Internet, o el fabuloso potencial de progreso que esa herramienta puede brindar a la humanidad.
Definitivamente, no sería exagerado plantear una línea divisoria entre el “antes” y el “después” de la utilización masiva de ese instrumento, que en fracción de segundos es capaz de poner en contacto a varios puntos alejados del planeta, o facilitar el acceso a la información contenida en bibliotecas verdaderamente formidables...
Sin ir demasiado lejos, podemos citar el maravilloso trabajo que, desde la Congregación para el Clero, inició el Cardenal Darío Castrillón Hoyos, y lo ha continuado su sucesor, para ofrecer a la Iglesia una valiosa fuente de documentos y recursos informáticos, a través del sitio oficial de esa Congregación de la Curia Romana: www.clerus.org.
Análogamente, podemos citar los extraordinarios servicios de información y el abundante material de formación que ofrecen a la Iglesia numerosas instituciones, desde sitios tales como www.zenit.org, www.aciprensa.com, www.catholic.net, www.reinadelcielo.org, www.apologetica.org, entre varios otros.
De hecho, podrían escribirse una serie de artículos, con decenas de páginas, dedicadas solamente a exponer las casi “ilimitadas” posibilidades que ofrece el Internet a un sinnúmero de actividades económicas, académicas, evangelizadoras y culturales en general, de altísimo provecho para el hombre y la mujer de hoy.